Thursday, April 13, 2006

Primera Entrega de “Voy a perder la cabeza por tu amor”

Capítulo 1 - En el que se conoce parcialmente al protagonista a través de sus actitudes homicidas

Nada cambió pero mi silencio fue mayor… cuantas veces yo pensé volver. Lo escribo así, porque así lo voy escuchando. Me siento extrañamente bien, hoy. Es como que a veces entiendo que las decisiones no-decisiones me llevan a lugares en los que quiero estar. ZAKABUM! Estoy acá, todo, entero (más allá de los huecos).

Entreabrir. Esa palabra simboliza un pez. Nada en el agua. Nada en el cielo. Nada en el fuego. Nada en la tierra.

Y ahora me pongo poético. Un sensiblero. Un demonio. Una tempestad. Llueve y hace tiempo viene lloviendo, una risa se envuelve en el sol.

Una mujer llamada Hotel, entro esta mañana a casa. Se paró en la mesa de luz, me dijo que tenía algo para darme. Abrió el maletín y saco dos píldoras verdes dentro de un estuche transparente.

Me dijo: OHHH AHHH OHHH AHHH

La miré por unos instantes, extrañado, como no entendiendo lo que me decía. Le hice una seña con la mano para que tratara de sacar para afuera aquello que la tenía un poco ofuscada.

Volvió a decirme: UHHH AHHH EH JEM JEM JEM AAAAAAAAAAARRRRRRR.

Entonces comprendí que debía dejar de presionar su cuello para que pudiera hablar. La solté. Me levanté de la cama, abrí el placard, tomé una de las 2000 cajas de fósforos que conservo apiladas, tomé una, metí la mano en la bata que llevo puesta cada mañana al levantarme, saqué el último cigarrillo de una caja de veinte y raspando violentamente el fósforo en el borde de la caja, encendí el cigarrillo. La miré como tratando de entender. Evidentemente estaba nerviosa por la situación. Tal vez era la primera vez que tenía que hacer el trabajo.

- ¿Como te llamás?
- Eso no importa – le dije.
- Nunca entendí eso de fumar en las mañanas soleadas, el cigarrillo es para la tristeza de la lluvia.

No puedo escribir diálogos. En los diálogos me pierdo, algo me falta, se escurre de las manos, no los siento. Debería escribir más diálogo, de ahora en más, mucho diálogo, mucho, a ver que pasa.

- ¿Que estás escribiendo? Nunca vas a poder ser real.
- ¿Quién te dijo que quiero ser real?
- No, parecía.
- No, mi problema es querer transmitir algo, encontrar la forma de transmitir un estado, poner un perro que ladre y que escuches el ladrido como ahora, ¿me comprendes Mendez?
- Si, bah, más o menos. Escribís como si vomitaras en realidad. Y también te haces el misterioso, y también pensas que lo que escribís es una mierda, una farsa, una mentira y que lo que te pasa a vos, personalmente supera lo que puedas escribir. También a veces pensás que sos un genio. Tratás aunque no parezca a veces de buscar explicaciones de todo, entender. Te creés conciente de un montón de cosas, creés que sos un tipo seguro.
- Soy un tipo seguro. Soy un genio, sólo que no tengo ganas de que todo el mundo se entere de eso. Podría despertar sospechas, podrían querer eliminarme del mapa.
- Sos bastante paranoico también, en eso refugias tus miedos.
- Pero lo estoy demostrando, cuando me lean se van a dar cuenta de todo. Van a entender. Pero por ahí eso pasa dentro de años y años. Porque a los grosos escritores les pasó eso.
- Estás siendo patético.
- Lo que pasa es que vos sos mi parte oscura, bah o realista, en cambio yo soy el sensible y egocéntrico. También paranoico, es verdad, eso. Pero no te das cuenta que Hotel te quiere engañar, es la primera vez que hace ese trabajo, pero ella pertenece a los encargados de hacer tu vida más complicada.
- La liquido entonces.
- Mmmm.
- Hotel, un favor antes de empezar: no me vengas con pelotudeces. Si quiero fumar, fumo.
- Yo no dije que no fumara, solo dije que no lo entendía.
- Ok, empecemos.
- Primero: ¿En que parte dejó al perro Jonás?
- Hace años que no lo veo, creo que lo perdí en una apuesta. Yo aposté que Popeye podría romperle la cara a Batman. Un historietista se encargó del trabajo. Primero dibujó a Popeye. Lo dibujó en el extremo izquierdo de una hoja. Lo hizo muy pequeño, en comparación a Batman. Siguió desarrollando la historia. Batman contaba con todos sus bati-elementos de ataque, por lo tanto en un primer momento fue castigando duro al tuerto. Apareció de manera inevitable el factor Espinacas. Ahí Popeye recuperó el terreno perdido y le dio una tunda a Batman. No duró mucho, el bati-maldito se levantó de repente y como es Batman, un superhéroe con más entrenamiento que “popai” le cortó el cuello un murciélago de acero, de esos como estrellas ninjas pero batis.
- ¿Jonás?
- Yo aposté por Popeye a Jonás, era un perro muy codiciado.
- Entiendo.

En ese momento dije, basta, ya está, ya fue chabona. Le tiré con el cuchillo que tengo en el otro bolsillo de la bata. Entro limpito en el ojo izquierdo. Popeye. Jajajajajaja. Popeye. Jajajaja. Popeye.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Man, you're really fucking out of mind. Even tough you alwais said i need some therapy, you definitively need a shrink.

I cant stop thinking than the big pig benedeto is in the island. Ja ja ja.

8:39 PM  

Post a Comment

<< Home