Friday, December 16, 2005

En el poro

Aristóbulo mira a Roma, sentada en la tierra, con las manos en la tierra, como queriendo meterse dentro de la tierra y se da cuenta de la piel que tiene Roma. Esa piel tan pegada al cuerpo, como buscando ser suave y extremadamente suave con una suavidad extremada. Acoplar, reiterar, sobre-decir es una manía de Aristóbulo. Roma, ahí Roma, tan linda ahí en la tierra. Con la guitarra en la mano, tratando de encontrar un acorde para el tema que ya había escrito, Aristóbulo la mira a Roma encontrándola hermosa en la tierra. Roma ni se da cuenta de que la mira así. Roma piensa que Aristóbulo está concentrado buscando el acorde que le falta. Piensa que Aristóbulo es un ser especial. Piensa que le encantaría coger con Aristóbulo encima de la tierra. ¿Porqué no? Hace tiempo que Roma está sola, se siente sola y quiere un revolcón en la tierra con su amigo. ¿Porqué no? Llega Miana y ve a Roma en la tierra, a Aristóbulo mirando a Roma. Miana tiene un porro en la mano y los invita a fumar. Roma se mueve, Aristóbulo ve sus piernas y piensa que puede ser muy agradable acostarse con Roma. Encienden el porro y hablan. Hablan durante horas y el tiempo pasa. El cielo se oscurece, se ven algunas estrellas. Roma apoya la cabeza en las piernas de Miana. Miana apoya la cabeza en las piernas de Aristóbulo. Aristóbulo apoya la cabeza en el vientre de Roma. Aristóbulo se da vuelta, gira su cabeza y apoya la cara en la suave panza de Miana. La huele y le encanta el olor. La muerde y siente la piel de Miana en su lengua. Miana se ríe. La piel es el nuevo universo. Es suave, las cosas suceden con calma, todo es tranquilidad y aroma. Dentro de cada poro un atómo de luz. Aristóbulo delira en continuado, no para de meterse en la piel. Se empequeñece y comienza a bajar por uno de los poros. Toma una soga, la ata en uno de los diminutos pelitos. Baja. El poro es agradable, ninguna protuberancia, todo liso. Llega al final del poro, el átomo de luz se mueve en círculos a una velocidad infernal. Comienza a sentir el calor y la humedad. Se acuesta boca abajo, cerca del átomo. El poro comienza a segregar humedad, agua a borbotones, vapor. Aristóbulo cierra los ojos y comienza a mojarse por completo. Se deja llevar. Se va muy lejos. A Roma le gusta sentir a Aristóbulo en el poro. Se estremece. Siente que Aristóbulo va a tocar el átomo de luz.